Gracias a las distintas ciencias, como la arqueología, la evolución del hombre ha tomado la importancia que merece, pues, hoy en día, se considera un hecho indudable que el hombre ha ido evolucionando a través del tiempo. Sin embargo, este desarrollo no se hubiera podido lograr sin una práctica que, hasta hoy, es sumamente imprescindible para nuestro desarrollo físico y mental: la alimentación. El descubrimiento de nuevas técnicas, junto con la variedad de alimentos ha sido el principal contribuyente para que se pueda llevar a cabo la evolución del hombre.
Es importante recordar que el estudio de los primeros peruanos es esencial para la comprensión de las costumbres actuales, para la toma de consciencia del poder de supervivencia del ser humano y de los valores que, junto con la evolución, los han ido adquiriendo y caracterizando.
El siguiente cuadro muestra la evolución del ser humano, en principal, del género Homo. Según estudios recientes, se aceptan dos grandes grupos o géneros de homínidos en los últimos 4 millones de años: el género Homo, que incluye, por lo menos, tres especies: Homo habilis, Homo erectus y Homo sapiens; y el género Australopithecus.
De izquierda a derecha: Australopithecus afarensis, A. africanus, A. robustus, A. boisei, Homo habilis, H. erectus, H. sapiens archaic, H. sapiens neandertal, H. sapiens moderno |
El Australopithecus tiene la apariencia de un mono. Se caracteriza por tener bastantes vellosidades, frente pequeña y los arcos orbitales más definidos. En cuanto a la estructura osea relacionada con la alimentación, se caracterizan por poseer una mandíbula prominente y la parte mandibular casi vertical, como un hocico. Esta estructura ha ido evolucionando al pasar los años, por ejemplo, la mandíbula se ha retraído.
Izquierda Australopithecus, derecha Homo erectus |
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